Uno de los primeros pasos al adentrarnos en el concepto del minimalismo aplicado en nuestro día a día es en el aspecto material. Las posesiones, nuestros tesoros y objetos a los cuales les atribuimos recuerdos o un determinado valor llegan a convertirnos en sus esclavos, se nos hacen imprescindibles en muchas ocasiones y, en otras, no tenerlos cerca nos auto-convencemos de que podrían hacer desvanecer tal o cual magnífico recuerdo de cierta persona. Nada más lejos de la realidad.
Una pertenencia o es útil o simplemente ocupa espacio, un espacio valioso a nivel monetario y a nivel psicológico. No es cuestión de ser radical y despojarnos de TODO lo que no nos sirve en nuestro día a día, pero si tener en cuenta el concepto de su valor y reducir el número a lo realmente importante.
Empezar por la pertenencias más pequeñas y de menor carga emotiva es lo más sencillo, y a pesar de esto, no es fácil. Se recomienda empezar por la ropa con sus complementos y por la cosmética. Esta vez os voy a hablar del tema cosmético.
Como bien sabéis soy una amante de los cosméticos y en especial modo del maquillaje, tanto que lo he convertido en mi profesión. Con los años he pasado por diferentes etapas, donde he usado más o menos productos o he comprado más o menos cantidad hasta llegar al punto de tener una colección personal exageradamente desproporcionada, una cantidad tal de productos, unos más que otros, que difícilmente acabaría a medio largo término con el ritmo de uso que normalmente les doy, y diría que incluso aunque los usase a diario. Comparado con otras colecciones de aficionadas al maquillaje mi colección era bastante escueta, pero aún así excesiva.
Pasos para hacer una purga y volver a tener el control de nuestras decisiones:
#01 Sacar y juntar todos los productos en un mismo espacio. Contemplar la cantidad total de una vez puede ayudarnos a ser conscientes de la magnitud del "problema" de almacenaje excesivo y animarnos en el proceso selectivo.
#02 Separar por categoría.
#03 Eliminar productos estropeados, caducados, rotos, ...
#04 Hacer una lista en papel o mental de nuestros básicos, a continuación seleccionarlos (uno de cada). Volver a hacer otra lista de nuestros productos extra, productos que usamos siempre en ocasiones especiales porque son nuestros favoritos, a continuación seleccionarlos.
#05 El resto de productos no seleccionados deberían ser catalogados como productos para donar a amigas, familiares o si están nuevos considerar su venta. Si dentro de esta categoría existe algún producto a medio usar, yo recomiendo incluirlo en la sección de básicos para usarlo lo antes posible antes de desecharlo.
#06 Limpiar todos los productos y desinfectar como de costumbre y guardar ordenadamente. Para mi, dejar mis básicos en un neceser separado al resto de productos extraordinarios me resulta mucho más fácil a la hora del maquillaje o incluso si necesito salir de casa en poco tiempo y tengo que llevarlos conmigo.
#07 Hacer lo mismo con las brochas y pinceles de maquillaje es una buena forma de agilizar el proceso de maquillaje y mantener un orden en nuestra colección.
#08 Repetir el proceso tan a menudo como sea necesario, una vez al año o dos, cada x meses, ...
Os aseguro que la sensación de orden y libertad va a ser genial, además, al disponer de menos cantidad de productos no nos veremos agobiadas por no saber que usar y nuestra creatividad se incrementará al no tener disponible cualquier cosa. A mi me ha funcionado, ¿y vosotras? ¿os animáis?
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